Punto de medición
A la hora de ponerte a hacer una fotografía, tienes que decidir qué tipo de medición es la más adecuada para lo que quieres realizar, porque la cámara aun teniendo el modo automático no siempre sabe que luz es la que necesitas.
Hay que intentar que las fotos no estén ni sobreexpuestas (con demasiada luz) ni subexpuestas (demasiado oscuras), la cámara lo que hace es intentar controlar esa cantidad de luz que entra. Por lo tanto, la medición de luz es como una norma que le mandamos a la cámara para que registre la parte del encuadre que nosotros queremos para regular la exposición. A veces sale una parte de la fotografía con mayor o menos luz pero ahí nosotros tenemos que centrarnos en el motivo principal que queremos sacar con unos niveles de exposición correctos para que salga correcto.
Mi cámara, Canon 7D, tiene cuatro tipos de medición que son:
La Medición Puntual: nuestra cámara solo mide la luz de un punto específico del encuadre y regula esa cantidad de luz que necesita respecto a la medición. A veces, el resto del encuadre sale un poco más oscuro o demás iluminado, pero este tipo de medición solo se centra en el centro, de ahí el nombre de medición puntual.
Es recomendable cuando queremos sacar una fotografía que tenga la mayor parte oscura o muy clara y solo una parte bien distinguida del resto, utilizar esta medición, le mandaremos una orden a la cámara para que esa parte sea más distinguida del resto.
La Medición Ponderada al Centro: es casi igual que la medición puntual pero diferenciándose en que toma como referencia el punto indicado, pero teniendo en cuenta el resto de la fotografía y dándole mucha menos importancia.
Por ejemplo: si queremos hacer una fotografía a varios niños que están haciendo una fila esperando su comida, y nos queremos centrar en el niño más bajito de todos, la medición ponderada al centro estará pensada para ese niño que saldrá con una exposición correcta y bien enfocado, mientras que los demás niños también saldrán en la fotografía pero de una forma secundaria, menos nítida (más borrosa).
La Medición Evaluativa: este es el método más sencillo de utilizar y el más usado. En este caso, los elementos que aparecen en el encuadre suelen salir bien expuestos porque la cámara hace una media de toda la imagen. Es recomendable usar este tipo de medición cuando no tengamos un elemento en el encuadre que destaque mucho ante los demás, es decir, que no esté muy iluminado o muy oscuro. Es bueno cuando se está en un lugar donde queramos igualar la luz con las zonas más oscuras.
Por ejemplo: cuando tenemos a una persona delante de una ventana, a esa persona de frente se le va a ver muy iluminada por la luz que entra, pero por detrás, por el contraste, se le va a ver muy oscura. Aquí la cámara intenta igualar los tonos más oscuros y más iluminados.
La Medición Parcial: el fotómetro solo realiza la medición sobre una porción de la escena ignorando el resto. Es muy útil si nos encontramos en contrastes porque realiza la medición sobre la zona que queremos. Por eso, si queremos realizar un retrato con un fondo más iluminado que el modelo, podremos medir sobre el rostro de este para que se quede bien expuesto. También es recomendable para una zona uniforme pero extensa (como un cielo o un fondo montañoso), por lo que podemos conocer distintos valores de la escena que puede ayudar a conocer el contraste.
Podemos medir una parte concreta de la escena sin que lo demás afecte. Si enfocamos y reencuadramos, tenemos que tener en cuenta que hay que medir primero el elemento que queremos y almacenaremos la medición, porque cuando reencuadremos la cámara cambiará los valores automáticamente para el brillo del objeto que ocupe el nuevo centro de la escena.
A continuación os voy a mostrar mi ejemplo que será diferente a los que he puesto anteriormente para explicaros la diferencia de cada medición. He realizado los tres tipos de medición con una misma imagen, pero cambiando algunos parámetros, para que se pueda apreciar mejor la diferencia de utilizar uno u otro: